domingo, 28 de febrero de 2016

LA ARROGANCIA

Una vida como cualquier otra, educada entre un concepto relativista del bien, el mal, el yo y el tú, que intenta equilibrar lo que desea y lo que decide, parece fácil y, sin embargo, es el inicio del fracaso. Ese fracaso que ocultamos porque en realidad no podemos darle una explicación razonable de por qué buscamos el bien, el amor, el tú, la misericordia, la esperanza, la unión, la integración y, sin embargo, no podemos hacer que reinen en nuestras vidas con constancia, con verdadera vida.